No te fijes en los pensamientos, palabras negativas de las personas que te rodean. Oye de la voz de Dios dentro de tu espíritu y camina por la senda del bien, la paz, la alegría, victoria, gozo y prosperidad. Los que confían en el Señor son bienaventurados. Lee proverbios 3: 5 – 12.
Dr. Manolo Urrutia
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